El empate 1-1 entre Boca y Racing en la Bombonera dejó una imagen que recorrió las redes sociales: Juan Román Riquelme, eufórico, desatado, celebrando el gol de Milton Giménez como si fuera un título. Una reacción que, para muchos, fue un grito de desahogo tras semanas turbulentas en su gestión como dirigente.
Un festejo que generó debate
La celebración de Riquelme contrastó con su habitual compostura en el palco. Las críticas no tardaron en llegar, cuestionando la magnitud de la reacción por un simple empate en un torneo local. Algunos lo compararon con festejos mucho más trascendentales, como la victoria en las elecciones de 2023 o la eliminación de River en la Copa de la Liga 2024.
¿Un Riquelme vulnerable?
Este Riquelme, sin embargo, parece ser diferente. Uno que, según analistas deportivos, ha perdido sus “superpoderes”. Los malos resultados, las eliminaciones, los conflictos internos y las acusaciones han debilitado al ídolo. La entrega de parte del Consejo de Fútbol, su escudo protector, sería una muestra de esta vulnerabilidad.
Se le recuerda al Riquelme que priorizaba la Copa Libertadores sobre los torneos locales, al que no celebró el gol de Tevez que le dio la Superliga 19/20, al que se mantuvo impávido ante el gol de Benedetto a River en 2022. ¿Qué ha cambiado?
El futuro de Riquelme en Boca
La pregunta que surge ahora es: ¿cómo seguirá la gestión de Riquelme al frente de Boca? ¿Podrá revertir la situación y recuperar la confianza de la hinchada? El tiempo dirá si este desahogo en la Bombonera fue un punto de inflexión o una simple anécdota en un presente complicado.
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