Pentecostés: El Papa León XIV Llama a Derribar Muros y Abrir Fronteras

El Papa León XIV, en su mensaje de Pentecostés, hizo un fuerte llamado a superar las divisiones y el egoísmo, instando a los fieles a abrirse a la acción transformadora del Espíritu Santo. En una soleada Plaza de San Pedro, el pontífice presidió la Santa Misa ante miles de peregrinos de todo el mundo, donde su homilía resonó con un mensaje de unidad y fraternidad.

Derribando Muros: Un Espíritu Sin Fronteras

Inspirado en los Hechos de los Apóstoles, León XIV comparó la llegada del Espíritu Santo a un viento impetuoso que sacude, impulsándonos a abrir fronteras, tal como Benedicto XVI lo expresó en 2005. El Papa subrayó la necesidad de una Iglesia sin muros, donde no haya lugar para el desprecio, sino una comunidad de hermanos y hermanas unidos en Cristo.

Las Tres Dimensiones de la Acción del Espíritu Santo

León XIV identificó tres dimensiones clave en la acción del Espíritu Santo: la apertura de fronteras internas, en nuestras relaciones interpersonales y entre las naciones.

  • Apertura Interna: Romper las barreras del egoísmo, el individualismo y el miedo, permitiendo que el amor florezca en nuestros corazones. El Papa advirtió sobre el riesgo de una vida atrofiada por el individualismo, especialmente en un mundo hiperconectado donde muchos se sienten solos y desorientados.
  • Relaciones Interpersonales: El Espíritu nos impulsa a salir de nuestra zona de confort y a construir relaciones basadas en el amor y el respeto mutuo. El Papa instó a rechazar la “lógica de la exclusión” y a abrir las fronteras del corazón, combatiendo los nacionalismos políticos que “alejan del prójimo” y alimentan el prejuicio.
  • Entre los Pueblos: Promover el diálogo y la paz entre las naciones, superando las barreras culturales y políticas que nos separan. En un contexto global tenso, el Papa pidió a los líderes mundiales “el valor de realizar gestos de distensión y diálogo”.

Además, el Papa León XIV expresó su preocupación por la violencia de género, haciendo referencia a los “numerosos y recientes casos” de feminicidios. Subrayó que la voluntad de dominar al otro es una actitud que a menudo conduce a la violencia y que debe ser erradicada.

En su mensaje final, León XIV invocó el “don de la paz” y pidió que éste se arraigue “ante todo en los corazones: solo un corazón pacífico puede difundir la paz en la familia, en la sociedad, en las relaciones internacionales”.

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