En un giro inesperado en el Mundial de Clubes, el Auckland City, equipo semiprofesional de Nueva Zelanda, empató 1-1 contra Boca Juniors, dejando al Xeneize prácticamente fuera de la competencia. El héroe de la jornada fue Christian Gray, defensor central de 28 años, quien además de ser futbolista, trabaja como maestro en Auckland.
Un gol que resonó en el mundo
El partido, disputado en el Geodis Park de Nashville, vio a Boca adelantarse gracias a un autogol del arquero neozelandés. Sin embargo, en el segundo tiempo, un córner encontró la cabeza de Gray, quien superó a la defensa argentina y anotó el gol del empate. Un gol que no solo significó el primer tanto del Auckland en el torneo, sino que también complicó las aspiraciones de Boca de avanzar a la siguiente fase.
De las aulas al campo de juego
La historia de Christian Gray es particular. Mientras defiende los colores del Auckland City, también se dedica a su vocación: la enseñanza. Actualmente, participa activamente en la Escuela Intermedia Mount Roskill y la Escuela Primaria de Auckland, inspirando a sus alumnos tanto dentro como fuera del aula. Es hijo del ex capitán de la selección nacional de Nueva Zelanda, Rodger Gray, y jefe de seguridad del club.
El Mundial de Clubes, una experiencia única
Para muchos jugadores del Auckland City, participar en el Mundial de Clubes representa una oportunidad única. Algunos, como Gray, debieron pedir permiso en sus trabajos para poder representar a su equipo en la máxima competición a nivel de clubes. Este empate ante Boca, sin duda, será un recuerdo imborrable en sus carreras.
- El gol de Gray fue el primero del Auckland City en el torneo.
- Gray acumula cuatro goles en 70 partidos con el Auckland City.
- El Auckland City ya había perdido 10-0 ante Bayern Múnich y 6-0 frente a Benfica.
El resultado impacta directamente en las chances de Boca Juniors de avanzar en el Mundial de Clubes, dejando una sensación agridulce para el equipo argentino y una alegría inmensa para el conjunto neozelandés.